Oración diciembre 2017

3ª ORACIÓN

“Tu vales mucho más a mis ojos” Is 43, 4

Para la oración personal

Oración inicial:

Señor, te quiero dar las gracias por esta invitación que me haces de entrar en este camino espiritual para conocerte mejor y descubrir que TU siempre estás conmigo. Te confieso que aún estoy entrando en este ritmo de oración al estilo de San Ignacio, pero tengo la certeza de que será una experiencia transformadora en mi vida, pues me invitas a entregarte todas mis intenciones y actividades de cada día.

Pedir gracia:
La gracia especial que te pido en este mes es reconocer TU amor incondicional, que siempre me has regalado. Reconozco que en algunos momentos he dudado de TU amor personal por mí, pero ahora te pido con insistencia que pueda experimentar lo mucho que TU me quieres y lo importante que soy para Ti desde el vientre de mi Madre. Señor, te pido esta gracia con insistencia y humildad.

1ª SEMANA
Punto para la oración: Isaías 43, 4
Cada día oramos con una pregunta.
“Tu vales mucho más”
La medida con la que mide Dios es su generosidad. “La medida del amor de Dios es el amor sin medida”. Y, por eso, su aprecio será siempre mayor, su cariño será siempre más grande. Es como si me dijera: “Para mí, vales mucho más que tus esfuerzos, tus méritos, que tus complejos, mucho más que lo que tú mismo/a te aprecias y valoras. Y, por eso, vales siempre más, aunque no te portes bien, o aunque las cosas no te vayan bien. Con todo, lo que eres y haces, vales mucho más para mí”.

  • ¿Reconozco el amor incondicional de Dios en mi vida?
  • ¿En qué momentos de mi vida lo he sentido más presente?
  • ¿Lo siento presente durante mi día a día? ¿cómo?
  • ¿Amo incondicionalmente y sin medida?

 

2ª SEMANA
Cada día oramos con una pregunta.
Puntos para la oración: Isaías 46, 3-5
Puedo hacer esta oración pensando en que es a mí a quien Dios me dice esto en particular: “Escúchame, tú a quien he llevado en mis brazos desde tu nacimiento y de quien me he preocupado desde el seno materno. Hasta tu vejez yo seré el mismo, y te apoyaré hasta que tus cabellos se pongan blancos. Así como lo he hecho y como me he portado contigo, así te apoyaré y te libertaré.

  • ¿Con quién podrás compararme?
  • ¿Dónde encontrarás uno igual o semejante a mí?”

 

3ª SEMANA
Cada día oramos con una pregunta.
Puntos para la oración: Isaías 49, 15-16
Ir profundizando, cada día más, en el convencimiento de que “yo valgo mucho más a los ojos de Dios” y de que Dios siempre es fiel conmigo. Esta es gracia fundante en mi vida: sostendrá las raíces de mi vida en roca fuerte y firme.

  • ¿Crezco en este sentimiento y seguridad del amor que Dios me tiene?
  • ¿Me fío de Dios y de su palabra?
  • ¿Qué obstáculos y dificultades tengo para fiarme del todo de Dios?
  • ¿Qué situaciones, circunstancias, personas… me van ayudando a
    fiarme de Dios, a sentir que Dios es mi Padre y yo soy su hijo/a?
  • ¿Qué circunstancias me hacen desconfiar de Dios?
  • ¿Y yo, soy fiel con Dios? ¿En qué cosas y cuándo no soy fiel con Dios?

 

4ª SEMANA
Punto para la oración: Salmo 86 (85)
El orar los salmos, es un ejercicio de mucho consuelo y que va dándonos mucha sabiduría, como la que tenía el pueblo de Israel que oraba al Señor con los Salmos. También María, José y Jesús, oraban los Salmos: así alababan a Dios y así pedían su auxilio. En estos días, nos puede ayudar mucho el hacer la “lectura orante” de los Salmos. Hoy y mañana proponemos leer lentamente este salmo y luego vamos insistiendo en algunas frases que nos llaman más la atención y que contienen ideas y consejos para nuestra vida.
Punto para la oración: Salmo 84 (83)
El poder leer suavemente este Salmo me sirve para poder hacer una oración muy agradable y provechosa. Comienzo, como siempre, poniéndome en la presencia de Dios y agradeciendo esa presencia. Pido que en la oración alcance la gracia de conocer más a Dios, su Palabra, su voluntad para conmigo. Y leo el salmo; insisto en las palabras o frases que más me resuenan; repito aquellas que más me ayudan.
Punto para la oración: Salmo 117 (116)
Meditar de manera tranquila y sin prisa este Salmo. Me quedo con la frase que más me llame la atención, sin necesidad de tener que leer el Salmo completo. Después comienzo un diálogo espontáneo, de amigo a amigo/a con Jesús. Le
agradezco por todas las experiencias que tuve durante el mes y después lo
dejo que Él me hable al corazón.
Repetición
Me preparo para hacer una repetición del texto, del pasaje que más me ha
hecho bien y me ha ayudado. El que más me haya gustado, el que más he
saboreado en este mes.

 

Fuente: “Ruta ignaciana” basada en una adaptación del texto de Ignacio Uriarte
SJ de los EE, de la provincia de Las Antillas de la compañía de Jesús con motivo
de su 75 Aniversario.